Desde que tengo memoria, la música ha sido mi fiel compañera a través de todas las etapas de la vida.  En la infancia, recuerdo escuchar a mi mamá cantando en la casa hermosos boleros y ver a mi papá disfrutando de un buen jazz. La música nos acompañaba en paseos, en fiestas y en la vida cotidiana. Ya un poco mayor, yo ponía la música de mi preferencia en mi habitación y pasaba horas cantando y bailando sola en ese espacio, donde la música transportaba a múltiples lugares y yo viajaba con ella. 

Pero esto no era simplemente una experiencia personal. En conversaciones con amigos y familiares, he descubierto que muchos comparten esta sensación de que la música tiene un efecto casi mágico sobre nosotros. Y resulta que esta intuición tiene una base científica. La música no solo nos toca emocionalmente, sino que también tiene un impacto en nuestro cerebro y puede ser una herramienta poderosa para mejorar nuestra salud mental y física.

En este artículo, exploraremos cómo la música nos puede influenciar. Desde su capacidad para mejorar nuestra memoria y aliviar el estrés, hasta su uso en terapias para tratar el dolor y otras afecciones, veremos cómo este arte puede beneficiar nuestras vidas. Acompáñame en esta exploración.

Impacto de la música en el cerebro

Efectos neuroquímicos:

Liberación de Dopamina: la música puede estimular la liberación de dopamina, la hormona del placer del cerebro, lo que contribuye a que nos sintamos bien cuando estamos expuestos a ella.

Producción de oxitocina: escuchar o hacer música puede aumentar los niveles de oxitocina en nuestro cuerpo, lo que ayuda a mejorar la conexión social y la confianza.

Beneficios cognitivos:

Mejora de la memoria: la música puede ayudar a mejorar algunas funciones cognitivas ya que activa varias partes del cerebro, incluyendo las involucradas en la memoria y la atención.

Aprendizaje mejorado: la música de fondo puede mejorar la concentración y el aprendizaje, especialmente cuando es instrumental y no genera distracción.

Efectos emocionales y psicológicos:

Regulación del estado de ánimo: La música tiene la capacidad de regular nuestro estado de ánimo, reducir el estrés y aliviar algunos síntomas de depresión y ansiedad.

Procesamiento emocional: la música nos ayuda a procesar emociones y puede ser particularmente beneficiosa para expresar sentimientos que son difíciles de articular.

La musicoterapia

Al tener beneficios comprobados, la música ha llegado también al campo terapéutico. La musicoterapia es una disciplina terapéutica que utiliza la música y sus elementos (como el sonido, el ritmo, la melodía y la armonía) para promover, mantener y restaurar la salud física, mental y emocional de las personas. Esta terapia la realiza un musicoterapeuta certificado y se puede aplicar tanto de manera individual como grupal.

Beneficios de la musicoterapia

Reducción del estrés:

Relajación: escuchar música calmante puede reducir los niveles de cortisol, disminuyendo así el estrés y promoviendo la relajación.

Atención plena: La música fomenta la atención plena y puede ser utilizada en prácticas de meditación para mejorar la concentración y la tranquilidad.

Manejo del dolor:

Percepción del dolor: la musicoterapia puede alterar la percepción del dolor al desviar la atención y liberar endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo.

Condiciones crónicas: también es beneficiosa para pacientes que lidian con condiciones de dolor crónico, incluyendo aquellos que se someten a cirugías o sufren de enfermedades a largo plazo.

Mejoría de la salud mental:

Expresión emocional: La música proporciona un canal para expresar emociones, lo cual puede ser particularmente terapéutico para personas con problemas de salud mental.

Conexión y comunicación: para personas con autismo, demencia u otras discapacidades cognitivas, la música puede mejorar la comunicación y la interacción social.

Rehabilitación física:

Habilidades motoras: La musicoterapia puede ayudar a mejorar las habilidades motoras de pacientes que se recuperan de accidentes cerebrovasculares u otras condiciones neurológicas, usando ritmo y melodía para facilitar el movimiento.

Coordinación y equilibrio: incorporar la música en la terapia física puede contribuir en el mejoramiento de la coordinación y el equilibrio.

Consejos para implementar la música como terapia

Listas de reproducción personalizadas:

Crea listas de reproducción que resuenen con tus gustos particulares, incorporando canciones que evoquen recuerdos y emociones positivas.

Incorporar música instrumental:

Utiliza música instrumental para escuchar de fondo mientras estudias o trabajas. Por ejemplo, este tipo de música:

Participar activamente en la música:

Siempre que tengas la oportunidad, procura participar en la música aprendiendo a tocar un instrumento, cantando por tu cuenta, uniéndote a una actividad grupal como un coro, componiendo canciones, entre otras. Esta participación activa puede ser más beneficiosa que la simple escucha pasiva.

Usar música para la relajación:

Integra la música en rutinas de relajación, como durante una meditación, una práctica de yoga o antes de acostarte, para potenciar sus efectos calmantes. Por ejemplo, esta:

Sesiones de musicoterapia en grupo:

Participa en sesiones grupales de musicoterapia para fomentar conexiones sociales y  trabajar en la expresión emocional colectiva.

Terapias personalizadas:

Trabaja con un musicoterapeuta certificado para desarrollar intervenciones personalizadas que cumplan objetivos terapéuticos específicos, ya sea para tu salud mental, una rehabilitación o el manejo del estrés.

Prácticas de escucha consciente:

Practica la escucha consciente, enfocándote completamente en la música, sus componentes y las emociones que te evoca, para mejorar sus beneficios terapéuticos.

Fuentes y lecturas adicionales: